Seguridad en redes OT industriales en plantas fotovoltaicas y cumplimiento de NIS2
Descubre cómo proteger redes OT en plantas fotovoltaicas y cumplir con la normativa NIS2. Aprende sobre segmentación de red, gestión de accesos, detección de amenazas y el desarrollo de un Security Assurance Plan (SAP) para infraestructuras críticas. ¡Optimiza la ciberseguridad y evita sanciones!
2/28/202522 min leer


Introducción a la normativa NIS2
La Directiva NIS2 (Network and Information Security 2) es la actualización del marco normativo europeo de ciberseguridad que sustituye a la anterior NIS1. Su objetivo es lograr un nivel común elevado de seguridad en redes y sistemas de información en la UE, especialmente en sectores críticos. Esto incluye a las infraestructuras esenciales de generación y suministro de energía, consideradas entidades esenciales por su impacto en la sociedad. NIS2 impone obligaciones más estrictas a las organizaciones en estos sectores, desde la gestión de riesgos hasta la notificación de incidentes, con la supervisión de autoridades nacionales competentes.
El alcance de NIS2 se ha ampliado para cubrir más sectores y tamaño de empresas, clasificándolas en entidades esenciales o importantes según su criticidad. Para las empresas de generación eléctrica (como operadores de plantas fotovoltaicas) la NIS2 es especialmente relevante por estar en la categoría de energía, un sector de alta criticidad. El incumplimiento de esta normativa conlleva sanciones severas: multas administrativas de hasta 10 millones de euros o el 2% del volumen de negocio global (lo que sea mayor) para entidades esenciales, y hasta 7 millones o 1,4% para entidades importantes. Estas penalizaciones, equiparables en magnitud a las del RGPD, subrayan la importancia de abordar seriamente la seguridad en infraestructuras críticas. Además de las multas, la directiva prevé medidas no monetarias (auditorías obligatorias, órdenes de cumplimiento) e incluso posibles responsabilidades para la alta dirección en casos de negligencia grave en ciberseguridad. En resumen, NIS2 marca un antes y después en cómo las organizaciones de sectores cruciales deben gestionar su ciberseguridad, pasando de enfoques voluntarios a un cumplimiento normativo obligatorio con consecuencias significativas por fallas.
Especificaciones de una red OT en una planta fotovoltaica
Una planta fotovoltaica moderna cuenta con una red de Tecnología Operativa (OT) que controla y supervisa en tiempo real la generación de energía. Entre los componentes clave de esta red OT se encuentran los inversores solares, que convierten la corriente continua de los paneles en corriente alterna; las cajas de corriente continua (string boxes) que agrupan y protegen los paneles; los controladores lógicos programables (PLC) y unidades de control remoto (RTU) que gestionan equipos de campo; y uno o varios servidores SCADA encargados de la supervisión centralizada de la planta. El sistema SCADA (Supervisión, Control y Adquisición de Datos) recoge medidas de los inversores, sensores meteorológicos, estados de seccionadores y otros dispositivos, normalmente comunicándose a través de protocolos industriales como Modbus/TCP, DNP3 u OPC UA. Es común que el SCADA de la planta esté conectado a un centro de control remoto (por ejemplo, de la empresa eléctrica o del operador de instalaciones) para monitorizar la producción y enviar comandos de regulación. La red OT suele incluir además equipos de red industriales (switches, routers industriales) y firewalls de planta que separan esta red de otros entornos (IT corporativo o Internet).
A diferencia de una red IT corporativa convencional, los entornos OT en plantas fotovoltaicas presentan requerimientos y limitaciones particulares. Por un lado, prima la disponibilidad y seguridad de los procesos físicos por encima de la confidencialidad de datos: la prioridad es que la planta siga operando continuamente y de forma segura, evitando paradas no programadas que afecten la generación. Por ello, muchos dispositivos OT funcionan con sistemas propietarios de larga vida útil (equipos pensados para 15-20 años) y no se actualizan con frecuencia, a diferencia del ciclo corto de parches en IT. Esto implica que pueden quedarse con firmware obsoleto o sin soporte, acumulando vulnerabilidades conocidas. Además, los protocolos de comunicación industriales tradicionales carecen de medidas de seguridad básicas: por ejemplo, Modbus (muy utilizado en monitoreo de inversores) no incorpora cifrado ni autenticación en su versión clásica, lo que lo hace vulnerable a interferencias o comandos maliciosos si un atacante obtiene acceso a la red (Modbus Protocol: Working Principles, Advantages, Disadvantages ...). Estas diferencias conllevan que técnicas habituales en IT (escaneos de vulnerabilidades, reinicios para parches, autenticación corporativa) no siempre se pueden aplicar directamente en OT sin evaluar el impacto en la operación.
Los principales riesgos de ciberseguridad en una planta fotovoltaica están ligados a esa naturaleza heterogénea y, a veces, legacy de los sistemas OT. La falta de segmentación o aislamiento adecuado puede permitir que un intruso que comprometa la red corporativa IT salte a la red OT de la planta. También existe el riesgo de accesos remotos no seguros: muchas plantas solares son gestionadas de forma remota por ingenieros o proveedores de mantenimiento, lo que abre la puerta a accesos vía VPN o túneles que si no están bien protegidos podrían explotarse. Los equipos industriales mal configurados o con contraseñas por defecto son otro blanco fácil para atacantes, así como la ausencia de cifrado en las comunicaciones OT que podría permitir interceptación o inyección de comandos. De hecho, se han reportado incidentes dirigidos específicamente a infraestructuras solares: en 2024, un malware logró infectar alrededor de 800 dispositivos de monitorización remota en plantas fotovoltaicas en Japón, afectando la capacidad de supervisar esas instalaciones (Qué ocurre cuando el malware afecta a los sistemas fotovoltaicos). Este ejemplo real evidencia que los parques solares no están exentos de las amenazas que tradicionalmente han afectado a instalaciones industriales más complejas. En suma, la convergencia IT-OT y la creciente conectividad de las plantas fotovoltaicas brindan beneficios operativos, pero también amplían la superficie de ataque, requiriendo medidas de seguridad especializadas para proteger estos entornos.
Cumplimiento de los requisitos de NIS2
Dado el panorama anterior, adaptar la red OT de una planta fotovoltaica para cumplir con NIS2 es una prioridad estratégica. La directiva establece un conjunto mínimo de medidas de gestión de riesgos de ciberseguridad que las entidades deben implementar de forma proporcionada a su tamaño y amenazas (FAQ NIS2 | INCIBE-CERT | INCIBE) (FAQ NIS2 | INCIBE-CERT | INCIBE). En la práctica, esto implica desarrollar una estrategia integral que incorpore los siguientes elementos:
Evaluación de riesgos y políticas de seguridad: Realizar análisis de riesgos periódicos sobre los sistemas OT, identificando vulnerabilidades técnicas (ej. dispositivos sin parches, puertos abiertos) y debilidades organizativas. Con base en ello, definir políticas de seguridad específicas para la planta: por ejemplo, políticas de control de cambios en equipos OT, políticas de acceso remoto, uso aceptable de dispositivos extraíbles, etc. NIS2 espera que las organizaciones cuenten con políticas formales y un proceso continuo de gestión de riesgos (FAQ NIS2 | INCIBE-CERT | INCIBE). Esto se puede lograr alineando la planta con estándares reconocidos como la serie IEC 62443 para sistemas de control industrial, que proporciona un marco estructurado de requisitos de seguridad por niveles.
Gestión de activos y segregación de la red: Un paso fundamental es elaborar un inventario completo de los activos OT (equipos, software, conexiones) de la planta fotovoltaica. No se puede proteger lo que no se conoce; herramientas de descubrimiento de activos OT ayudan a mapear todos los dispositivos conectados y sus comunicaciones. A partir de este inventario, se debe implementar una segmentación de la red efectiva, separando los sistemas críticos en zonas aisladas. Una buena práctica es seguir el modelo Purdue de arquitectura ICS, estableciendo diferentes niveles (campo, control, supervisión, DMZ, corporativo) con firewalls industriales o cortafuegos de nueva generación (NGFW) controlando el tráfico entre zonas. De hecho, la propia directiva enfatiza la necesidad de segmentar la red OT por criticidad y restringir estrictamente los accesos para impedir el movimiento lateral de amenazas (La Directiva NIS2 | Europa apuesta por la ciberseguridad). En una planta solar, esto podría traducirse en aislar la red de control de inversores y PLCs (Nivel 1-2 Purdue) de la red SCADA (Nivel 3) y establecer una DMZ entre el SCADA y la red corporativa/Internet para intercambiar datos de producción de forma segura. La segmentación limita el impacto de un posible incidente, confinándolo a una parte de la red.
Control de accesos y cuentas privilegiadas: Cumpliendo NIS2, se deben aplicar políticas estrictas de control de acceso tanto lógico como físico a los sistemas OT. Solo personal autorizado y capacitado debería acceder a los controladores o al SCADA, idealmente usando autenticación multifactor (MFA) para las cuentas críticas. También es importante gestionar adecuadamente las cuentas privilegiadas en entornos OT (por ejemplo, las credenciales de administradores de SCADA o cuentas de mantenimiento de PLC), asegurando que no se compartan entre usuarios y que tengan contraseñas robustas y rotación periódica. Los principios de menor privilegio y Zero Trust (desconfianza por defecto) deben guiar la configuración de permisos: cada usuario o sistema OT solo con los accesos mínimos necesarios. Asimismo, NIS2 pone el foco en la seguridad de la cadena de suministro de TI/OT, lo que implica evaluar y exigir garantías de ciberseguridad a los proveedores que tengan acceso a la planta (p. ej., integradores de sistemas, empresas de O&M). Esto se puede implementar incorporando cláusulas de seguridad en los contratos de proveedores y verificando que cumplan requisitos (auditorías, certificados, etc.), ya que un tercero comprometido puede servir de vía de entrada a la red OT.
Monitorización continua y detección de amenazas: Para cumplir con las obligaciones de detección y notificación temprana de incidentes, es necesario desplegar capacidades de monitorización de seguridad en la red OT. Esto incluye sistemas IDS/IPS específicos para entornos industriales que inspeccionen el tráfico en busca de comportamientos anómalos o firmas de ataques conocidos en protocolos como Modbus, DNP3, etc. También implica activar registros y alertas de seguridad en equipos OT (logs de los SCADA, alarmas de los firewalls, etc.) y consolidarlos para su análisis. Las organizaciones más maduras optan por integrar la red OT en su Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) corporativo o incluso tener un SOC dedicado a OT. La NIS2 reconoce la importancia de esta vigilancia activa: recomienda contar con mecanismos de detección de intrusiones en tiempo real y capacidad de respuesta ágil (La Directiva NIS2 | Europa apuesta por la ciberseguridad). En la práctica, una planta fotovoltaica debería enviar eventos relevantes (ej: conexión de un dispositivo desconocido, cambio de configuración en un PLC, variaciones anómalas en tráfico) a un SOC donde analistas de ciberseguridad industrial puedan investigarlos. La monitorización 24/7 permite identificar un posible ataque en sus fases iniciales y activar los protocolos de contención antes de que cause un impacto grave en la operación.
Gestión de incidentes y continuidad del negocio: NIS2 exige a las entidades establecer procedimientos de respuesta ante incidentes y planes de continuidad operativa. Esto significa que la planta fotovoltaica debe tener un plan de respuesta a incidentes de ciberseguridad adaptado a su entorno OT, que detalle cómo actuar ante distintos escenarios (ransomware en el SCADA, acceso no autorizado a un PLC, etc.). El plan debe contemplar la identificación del incidente, la contención (por ejemplo, aislar la parte afectada de la red), la recuperación (restaurar sistemas desde backups seguros) y la comunicación del incidente. La directiva obliga a notificar a las autoridades cualquier incidente significativo en un plazo muy breve – en el caso de entidades esenciales, dentro de las 24 horas siguientes a su detección. Por ello, parte del cumplimiento es tener claro qué incidentes se consideran graves y a quién reportarlos (p. ej., al CSIRT nacional o al CERT de la empresa matriz). Además, se debe asegurar la resiliencia de la planta mediante copias de seguridad periódicas de las configuraciones de los equipos OT y de los datos críticos, así como planes de contingencia para operar manualmente o desde sistemas alternativos en caso de que los principales fallen. La continuidad de las operaciones (y la recuperación ante desastres) es un punto explícito en NIS2 (FAQ NIS2 | INCIBE-CERT | INCIBE), lo cual en una planta solar implica tener respaldos de software de control, reposición de hardware crítico y procedimientos para reestablecer la generación tras un evento disruptivo.
En resumen, el cumplimiento de NIS2 en redes OT industriales requiere adoptar un enfoque integral de "defensa en profundidad", combinando medidas técnicas (segmentación, monitorización, control de accesos) con medidas organizativas (políticas, evaluaciones de riesgo, capacitación y planes de respuesta). Las empresas operadoras de plantas fotovoltaicas deben evaluar su grado de madurez en ciberseguridad OT y trazar un plan de adecuación a la normativa. Esto puede implicar inversiones en nuevas tecnologías de seguridad OT, así como la adaptación de procesos internos y la formación del personal, pero redundará en una reducción sustancial del riesgo de incidentes y, por ende, en la protección de la continuidad del servicio eléctrico que brindan.
Mejores prácticas en ciberseguridad OT
Más allá de cumplir con lo mínimo exigido por la ley, existen mejores prácticas reconocidas para robustecer la ciberseguridad en entornos OT industriales. Muchas de estas prácticas alinean con los requisitos de NIS2, y su adopción refuerza tanto la seguridad como la demostración de cumplimiento. A continuación, se enumeran algunas medidas fundamentales que todo operador de OT (incluyendo plantas fotovoltaicas) debería implementar:
Gestión robusta de identidades y accesos (IAM): aplicar políticas estrictas de gestión de cuentas y autenticación, garantizando que solo el personal autorizado pueda acceder a los sistemas de control. Esto reduce la superficie de ataque al limitar el acceso a quienes realmente lo necesitan en sus funciones (Ciberseguridad en entornos de OT: Salvaguardando la infraestructura crítica - AGE2 Infraestructura y servicios gestionados TI).
Mantenimiento regular de parches de seguridad: mantener todos los sistemas OT (servidores SCADA, HMI, firmwares de PLC e inversores) actualizados con los últimos parches y firmware seguro. Dado que muchos ataques explotan vulnerabilidades conocidas, cerrar esas brechas reduce drásticamente el riesgo (Ciberseguridad en entornos de OT: Salvaguardando la infraestructura crítica - AGE2 Infraestructura y servicios gestionados TI).
Políticas de contraseñas fuertes: asegurar que todas las cuentas (locales en equipos industriales, contraseñas de administradores, etc.) usen contraseñas complejas y únicas, y cambiarlas periódicamente. Evitar credenciales por defecto o débiles dificulta ataques de fuerza bruta o credenciales filtradas (Ciberseguridad en entornos de OT: Salvaguardando la infraestructura crítica - AGE2 Infraestructura y servicios gestionados TI).
Uso de firewalls y filtrado de red: desplegar firewalls industriales tanto a nivel perimetral como entre subredes OT para bloquear tráfico no autorizado. Configurar listas de control de acceso (ACL) y reglas de segmentación limita la exposición de los controladores y sensores a amenazas externas o movimientos laterales (Ciberseguridad en entornos de OT: Salvaguardando la infraestructura crítica - AGE2 Infraestructura y servicios gestionados TI).
Copias de seguridad periódicas: realizar backups frecuentes de las configuraciones de dispositivos OT y de los datos críticos del SCADA. Almacenar estas copias en repositorios seguros y fuera de línea garantiza que, ante un incidente (p. ej. un ransomware), se puedan restaurar los sistemas y reanudar la operación en el menor tiempo posible (Ciberseguridad en entornos de OT: Salvaguardando la infraestructura crítica - AGE2 Infraestructura y servicios gestionados TI).
Además de estas medidas técnicas, es vital la formación y concienciación de los empleados involucrados en la operación y mantenimiento de la planta. Los ingenieros, técnicos y personal de operaciones deben recibir capacitación en ciberseguridad industrial, conocer los procedimientos a seguir ante incidentes y practicar una higiene cibernética básica (uso seguro de USB, no conectar equipos personales a la red OT, etc.). De hecho, la NIS2 explicitamente incluye entre sus requisitos la ciberhigiene y formación en ciberseguridad del personal de la organización (FAQ NIS2 | INCIBE-CERT | INCIBE). La cultura de seguridad es un pilar: un empleado consciente es la primera línea de defensa para evitar errores que puedan derivar en brechas (como caer en un phishing que instale malware en la red corporativa con llegada a OT, por ejemplo).
En cuanto a enfoques avanzados, destaca la adopción del paradigma Zero Trust en redes OT. Una arquitectura Zero Trust aplicada a entornos industriales parte de la premisa "nunca confiar, verificar siempre". Esto significa que ningún dispositivo o usuario, aunque esté dentro de la red de la planta, recibe privilegios por defecto: cada intento de acceso a un recurso crítico debe ser autenticado y autorizado de forma rigurosa. Implementar Zero Trust en OT conlleva realizar micro-segmentación (segmentar aún más dentro de la red OT, por ejemplo aislando cada célula de producción o cada parque solar como una zona de seguridad), establecer controles de acceso dinámicos y contextualizados, y supervisar continuamente la actividad en busca de anomalías. En la práctica, se pueden usar puertas de enlace seguras que validen las comunicaciones entre niveles OT, sistemas de autenticación robusta para operadores (MFA incluso dentro de la red local) y políticas de acceso mínimo necesario a cada servicio OT. El resultado es que incluso si un atacante logra entrar en la red, lo tendrá difícil para moverse o alcanzar los sistemas más sensibles sin disparar alertas. Fabricantes de seguridad ya están ofreciendo soluciones Zero Trust específicas para OT, enfocadas en aislar completamente los activos industriales y bloquear cualquier conexión no verificada. Si bien llevar Zero Trust a entornos con dispositivos legados presenta retos (p. ej., PLCs antiguos que no soportan autenticación robusta), se pueden implementar compensaciones como segmentarlos detrás de proxies o firewalls con inspección profunda de paquetes. En definitiva, Zero Trust aplicado a OT maximiza la resiliencia frente a intrusiones al eliminar la confianza implícita en la red interna, complementando las capas defensivas tradicionales.
Desarrollo de un Security Assurance Plan (SAP)
Al adoptar todas las medidas anteriores, las empresas deben plasmarlas en una documentación formal que guíe y verifique su implementación. Aquí es donde entra el Security Assurance Plan (SAP) o Plan de Aseguramiento de la Seguridad. Un SAP es un documento integral que recoge los controles de seguridad que se aplicarán en un determinado servicio, proyecto o sistema, definiendo cómo se garantiza la seguridad a lo largo de su ciclo de vida. El propósito de un SAP es asegurar la aplicación de las mejores prácticas de seguridad y el cumplimiento del marco normativo y de estándares de la organización en cada contrato o proyecto. En el contexto de NIS2, para una planta fotovoltaica crítica, el SAP se convierte en la hoja de ruta donde se especifica cómo se están satisfaciendo los requisitos de la directiva en esa instalación concreta.
Elementos clave de un SAP: típicamente, el SAP comienza delimitando su alcance (qué sistemas, sitios y activos cubre) y describiendo el servicio o entorno al que aplica (por ejemplo "Operación y Mantenimiento de la planta fotovoltaica X de 50MW"). Incluye la gobernanza de seguridad, identificando roles y responsabilidades: quién es el responsable de seguridad del proveedor u operador (SEC RESP), quién actúa como responsable por parte del cliente/propietario (p.ej., un CISO o responsable OT del operador) y cómo se coordinan. Suele haber un cuadro de responsabilidades tipo RACI para distintas tareas de seguridad. A continuación, detalla los controles de seguridad implementados o requisitos que deben cumplirse. Esto abarca medidas técnicas (hardening de sistemas, segmentación de red, antivirus, SIEM, etc.), medidas organizativas (formación, gestión de parches, gestión de cuentas) y medidas procedimentales (procedimientos de backup, respuesta a incidentes, etc.). Cada requisito puede ir acompañado de cómo se verifica su cumplimiento (indicadores o evidencias).
Un componente esencial es el Plan de respuesta ante incidentes, donde el SAP define el proceso a seguir en caso de incidente de ciberseguridad que afecte al alcance cubierto. Debe establecer los umbrales para activar una respuesta (qué se considera un incidente menor vs. mayor), los contactos de notificación (a quién escalar internamente en la empresa, y si aplica, notificar al cliente o a autoridades). Por ejemplo, en contratos críticos se puede estipular que cualquier incidente mayor de seguridad (que impacte a la producción o integridad de sistemas OT) sea reportado al CERT correspondiente en menos de X horas desde su detección. También se describen en el SAP las acciones de respuesta: aislamiento de la red afectada, análisis forense, recuperación desde backups, comunicación post-incidente, etc., alineadas con los procedimientos corporativos de gestión de incidentes. Tener este plan documentado y acordado entre las partes asegura una reacción rápida y coordinada cuando ocurre un problema, cumpliendo además con la obligación de notificación de NIS2 en tiempo y forma.
Por último, el SAP contempla el ciclo de vida y mantenimiento del plan. La seguridad es dinámica, por lo que el documento SAP no es estático: debe actualizarse ante cualquier cambio significativo en el alcance o los riesgos. Por ejemplo, si en la planta fotovoltaica se integran nuevos sistemas (un sistema de baterías, o una nueva conexión de comunicación), el SAP debe revisarse para incluirlos. La directiva NIS2 exige una mejora continua, y en ese sentido el SAP suele incluir una periodicidad de revisión (p. ej., anual) o tras eventos relevantes. Todas las modificaciones del plan deben seguir un procedimiento de aprobación formal, similar al de cambios de un contrato, garantizando que todas las partes estén informadas (totalenergies_security-assurance-plan-standard_2024_en_pdf.pdf). Asimismo, es buena práctica que el SAP se complemente con informes periódicos de estado de seguridad: por ejemplo, reportes trimestrales donde se muestren indicadores (número de incidentes, cumplimiento de parches, resultados de auditorías) y se discutan en comités de seguridad entre proveedor y cliente. De esta forma, el SAP se convierte en una herramienta viva de gobierno de la seguridad, proporcionando aseguramiento de que tanto las medidas técnicas como los procesos están operando correctamente durante la operación de la planta.
En resumen, desarrollar un SAP sólido para la red OT de una planta fotovoltaica permite estructurar todas las medidas de ciberseguridad necesarias para cumplir NIS2 en un solo plan coherente. Esto aporta claridad (cada quien sabe qué debe hacer en materia de seguridad), facilita la auditoría de cumplimiento (al quedar documentado cómo se cubren los requisitos) y eleva la confianza tanto del operador como de las autoridades en que la instalación está adecuadamente protegida frente a amenazas.
Herramientas y software recomendados
Para llevar a la práctica todo lo anterior, resulta muy útil apoyarse en herramientas especializadas de ciberseguridad OT. A continuación, se recomiendan ejemplos de software en tres áreas clave – gestión de riesgos y cumplimiento, monitorización de OT, y gestión de identidades – que pueden ayudar a una empresa de energía solar a fortalecer su postura de seguridad y alinearse con NIS2:
Software para gestión de riesgos y cumplimiento normativo
En el ámbito de la gestión de riesgos y el cumplimiento, las organizaciones pueden beneficiarse de soluciones tipo GRC adaptadas a ciberseguridad industrial. Estas herramientas permiten documentar activos, evaluar vulnerabilidades, asignar planes de tratamiento de riesgos y hacer seguimiento del cumplimiento de estándares o normativas (como NIS2, ISO 27001, IEC 62443, etc.). Un ejemplo destacado es Tenable OT Security, que ofrece funciones de descubrimiento de activos OT, evaluación de vulnerabilidades y mapeo de cumplimiento. De hecho, Tenable ha incorporado en su plataforma mapas de control alineados con los principios de NIS2 (Artículo 21) para ayudar a las organizaciones a evaluar su nivel de cumplimiento (Tenable OT and Framework Mapping Preferences). Esto significa que la herramienta puede mostrar qué requisitos de NIS2 están cubiertos o presentan brechas, facilitando las auditorías y la priorización de mejoras. Otras soluciones en esta línea incluyen módulos de cumplimiento en suites como Claroty o plataformas de gestión de riesgos corporativos que integren la dimensión OT. Lo importante es contar con un registro de riesgos centralizado que refleje los activos industriales, sus amenazas asociadas, y las medidas de seguridad implementadas, manteniéndolo actualizado. Esto no solo cumple con la filosofía de NIS2 de enfoque en riesgo, sino que genera una visión clara para la toma de decisiones de inversión en seguridad OT.
Plataformas de monitorización y detección de ciberamenazas OT
Dada la necesidad de visibilidad y detección temprana en redes OT, es recomendable desplegar plataformas de monitorización de tráfico industrial y detección de amenazas. En el mercado actual existen varias soluciones diseñadas específicamente para entornos ICS/OT que ofrecen capacidades de asset inventory, anomaly detection y threat intelligence. Por ejemplo, Nozomi Networks Guardian es una plataforma líder que monitoriza las comunicaciones OT de forma pasiva, identificando todos los dispositivos conectados y aprendiendo su comportamiento normal para luego detectar desviaciones sospechosas. Este tipo de herramienta proporciona inteligencia de activos y detección de amenazas apoyada por IA para entornos industriales. Del mismo modo, Dragos Platform o Claroty Edge son soluciones reconocidas que combinan análisis de tráfico profundo con bases de datos de amenazas ICS conocidas, alertando de posibles intrusiones (desde malware especializado hasta cambios no autorizados en lógicas de PLC).
Otra opción es aprovechar soluciones de grandes fabricantes de redes: Cisco Cyber Vision, por ejemplo, se integra con la infraestructura de red Cisco existente para descubrir equipos OT y supervisar protocolos industriales a través de los switches y routers de la planta, proporcionando un mapa dinámico de la red OT y detección de incidentes. Fortinet, por su parte, ofrece su Security Fabric enfocado a OT, que integra firewalls FortiGate con sistemas de detección de anomalías y su plataforma de gestión central (FortiManager/FortiSIEM) para correlacionar eventos en entornos híbridos IT-OT. Estas herramientas de monitorización continua permiten implementar un SOC OT eficaz, ya sea interno o contratado como servicio (SOC industrial). Algunas compañías optan por servicios gestionados donde un tercero (p. ej., Telefónica Tech, IBM Security u otros) se encarga de vigilar la red OT en busca de amenazas, entregando esa capacidad 24/7 sin tener que desarrollarla completamente en casa. Sea interno o externo, es importante que la solución escogida pueda entender protocolos industriales y operar de manera no intrusiva (especialmente en OT, donde poner sensores pasivos suele preferirse a instalar agentes en cada PLC). Al contar con una plataforma de este tipo, la planta fotovoltaica obtiene visibilidad completa de su red (qué dispositivos hay, cómo se comunican) y alertas en tiempo real ante comportamientos anómalos, lo que facilita tanto la detección como la investigación de incidentes.
Soluciones de gestión de identidades y accesos
La tercera pieza recomendada se enfoca en gestionar de forma segura las identidades digitales y los accesos a los sistemas OT. Tradicionalmente, las redes industriales han estado aisladas y con usuarios locales, pero con la convergencia IT/OT es fundamental integrar o federar la gestión de identidades, manteniendo a la vez la segregación necesaria. NIS2 exige explícitamente el uso de autenticación multifactor en accesos críticos y políticas sólidas de control de accesos (FAQ NIS2 | INCIBE-CERT | INCIBE), por lo que las empresas deben habilitar mecanismos que lo permitan en entornos OT. Una buena práctica es unificar la autenticación de los operadores y administradores OT mediante un directorio central seguro (por ejemplo, extender Active Directory de manera controlada hacia la zona OT, o usar un servicio LDAP dedicado para OT) de forma que los usuarios tengan credenciales individuales, fuertes y auditables cuando acceden al SCADA u otros sistemas. Sobre esta base, implementar MFA para sesiones de acceso remoto y para cuentas privilegiadas añade una capa de verificación adicional (ej.: token o app móvil para confirmar la identidad).
Existen soluciones específicas para gestión de accesos privilegiados (PAM) en entornos industriales que almacenan de forma segura las contraseñas de equipos OT y registran todas las sesiones de usuarios con altos privilegios. Por ejemplo, CyberArk o Wallix ofrecen bóvedas de credenciales que se integran con dispositivos industriales, de modo que un ingeniero para acceder a un PLC debe solicitar la sesión vía la herramienta PAM (que ingresa la contraseña sin revelarla y graba lo que hace). Esto reduce el riesgo de uso indebido de cuentas de administrador y mantiene trazabilidad. Otro frente es el control de accesos a la red OT (NAC): soluciones de Network Access Control adaptadas a OT pueden validar que solo dispositivos autorizados (con MAC conocidas, certificados digitales o comprobación de perfil) se conecten a los switches de control, bloqueando equipos o portátiles no reconocidos que alguien pudiera enchufar.
Una tendencia emergente interesante son las plataformas de Zero Trust Network Access (ZTNA) industriales, como la propuesta por startups tipo Xage Security. Estas soluciones crean una "malla" de seguridad donde cada acceso a un recurso OT requiere autenticación de identidad y cumplimiento de políticas, implementando microsegmentación a nivel de aplicación. Por ejemplo, un técnico que debe conectarse a un HMI específico en la planta primero se autentica contra la plataforma ZTNA, ésta verifica su identidad y contexto (dispositivo seguro, hora permitida, etc.) y sólo entonces establece una conexión cifrada directa exclusivamente entre el usuario y ese HMI, sin darle acceso al resto de la red. Este enfoque de confianza cero, combinado con gestión unificada de identidades, promete aislar aún más los activos OT y minimizar las posibilidades de movimientos laterales o uso de credenciales robadas. Si bien es una tecnología aún en adopción temprana, va alineada con los principios que persigue NIS2 en cuanto a robustecer la autenticación y segmentación al máximo nivel.
En resumen, en el frente de identidades y accesos la recomendación es apoyarse en soluciones IAM/PAM maduras (idealmente extendiendo las que ya use la empresa en TI, para no duplicar esfuerzos) y complementarlas con herramientas especializadas si es necesario. Esto garantizará que cada interacción con los sistemas OT esté controlada – sólo personas autorizadas, desde dispositivos confiables, en horarios permitidos, realizando acciones justificadas – y que haya registros detallados de dichas interacciones para auditoría. Un control estricto de identidades y accesos dificulta enormemente la tarea a posibles atacantes, a la vez que facilita el cumplimiento de aspectos de NIS2 relativos a gestión de recursos humanos, políticas de acceso y autenticación reforzada.
Conclusión y servicios de MiraSec Industrial
La seguridad en redes OT de plantas fotovoltaicas ha pasado de ser opcional a ser un imperativo estratégico y regulatorio. La Directiva NIS2 viene a asegurar que las infraestructuras críticas, como la generación de energía renovable, refuercen su resiliencia ante ciberamenazas, estableciendo medidas concretas y plazos estrictos de notificación de incidentes. A lo largo del artículo hemos visto cómo una planta solar debe identificar sus riesgos particulares (dispositivos industriales legacy, protocolos abiertos, accesos remotos), implementar controles técnicos como la segmentación de red, la monitorización continua y el control de accesos, además de fomentar una cultura de ciberseguridad en su personal y proveedores. También se destacó la importancia de estructurar todo esto en un Security Assurance Plan que sirva de guía y evidencia de cumplimiento. En definitiva, proteger la red OT es proteger la producción eléctrica, evitando interrupciones y daños potencialmente millonarios, a la par que se evitan sanciones por incumplimiento normativo.
Lograr este nivel de seguridad y cumplimiento puede parecer complejo, pero es más accesible con el acompañamiento adecuado. MiraSec Industrial ofrece soluciones especializadas en ciberseguridad y modernización de entornos industriales, aportando experiencia en sectores como la robótica, automatización y energía (MiraSec Industrial: Ciberseguridad y modernización industrial con ...). Nuestro equipo puede ayudar a su organización en cada etapa del camino hacia el cumplimiento de NIS2: desde la evaluación inicial de brechas en su red OT (realizando auditorías de seguridad, inventario de activos, pruebas de penetración controladas) hasta el diseño e implementación de arquitecturas seguras (segmentación de redes, despliegue de firewalls industriales, sistemas de detección de intrusos OT, etc.). Asistimos en la elaboración de Security Assurance Plans personalizados, que reflejen fielmente las necesidades de su planta fotovoltaica y cumplan con los requisitos regulatorios y del cliente. Además, brindamos capacitación al personal en ciberseguridad industrial y servicios gestionados como SOC OT externo, para que tenga expertos vigilando sus instalaciones 24/7. En caso de incidentes, le apoyamos con nuestra capacidad de respuesta y forense digital, minimizando el impacto y cumpliendo con las obligaciones de notificación.
En MiraSec Industrial entendemos que cada planta y empresa es única, por lo que adoptamos un enfoque adaptado a su realidad operacional. Al confiar en nuestros servicios, las empresas del sector energía pueden enfocarse en su core (generar energía limpia de forma eficiente) con la tranquilidad de tener un socio en ciberseguridad OT que las mantiene un paso adelante de las amenazas y al día con las normativas. La convergencia de OT e IT no tiene por qué ser un dolor de cabeza, sino una oportunidad de mejora continua con las medidas adecuadas. En última instancia, una planta fotovoltaica cibersegura es una planta más fiable, eficiente y preparada para el futuro. MiraSec Industrial está listo para ayudarle a lograr ese objetivo y asegurar que el cumplimiento de NIS2 sea no solo una obligación, sino una ventaja competitiva en la protección de sus activos críticos.
Referencias
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ENISA, Cybersecurity of Critical Sectors – Energy (2023).
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(Qué ocurre cuando el malware afecta a los sistemas fotovoltaicos) PV Magazine México, ¿Qué ocurre cuando el malware afecta a los sistemas fotovoltaicos? (2024).
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(MiraSec Industrial: Ciberseguridad y modernización industrial con ...) MiraSec Industrial, Servicios de ciberseguridad y modernización industrial – Presentación (2023).
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